Autonomía tecnológica. La audacia de la División Electrónica de Fate

Autor: Bruno Pedro De Alto

Descripción

La empresa Fate de neumáticos es una empresa de capitales nacionales. A principios de la década de 1970 se diversificó, incorporando negocios en aluminio, a través de la empresa Aluar, y también en electrónica.

La División Electrónica fue una apuesta fuerte y atrevida: encaró la producción escalonada de calculadoras de escritorio y de mano, sistemas contables y finalmente, una computadora argentina, la Cifra 1000. Todos con componentes mayoritariamente nacionales. Tuvo un departamento de Investigación y Desarrollo con más de 100 ingenieros y científicos. Algunos habían participado del armado de CEFIBA, la primera computadora experimental argentina y otros formaron parte del Instituto de Cálculo y operado a la famoso Clementina. Fueron seleccionados por su Gerente Carlos Varsavsky, prestigioso científico de la UBA y que había sido llevado a Fate por Manuel Sadosky, el “padre” de la computación en Argentina. La división Electrónica de Fate logró en poco tiempo  instalar las calculadoras Cifra como  líderes en el mercado argentino y latinoamericano. La utopía de la “autonomía tecnológica” se hacía realidad.

Con el golpe de 1976 todo terminó. Dos arietes derribaron este proyecto de autonomía tecnológica: el fin de las protecciones y medidas de apoyo del Estado que recibió la empresa; y la apertura económica impulsada por el neoliberalismo del Ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, permitiendo la invasión de calculadoras y computadoras extranjeras que sí tenían apoyo de sus respectivos estados. Todo agravado con un creciente clima de represión, persecución política y exilio para su protagonistas.

Información adicional

Peso0,410 kg
Dimensiones23 × 16 × 1,8 cm